miércoles, 21 de noviembre de 2012

Fin del Turno 4. Sin experanza



         Ha sido un turno muy activo y terriblemente resolutivo. Muchos combates y modificaciones serias de las condiciones de juego. Juan  ha sufrido un trágico contratiempo, es el primer jugador en  desmantelar uno de sus estandartes por culpa de una asolación en una batalla. El Ala Sangrienta de Baal, unidad de combate de tropas retropropulsadas del sagrado capítulo de los Ángeles Sangrientos ha sido destruido. Los pocos supervivientes que quedan están totalmente desperdigados,  sin líderes que los reorganicen y con la única orden de tratar de reagruparse en la base o unirse a cualquier estandarte aliado que encuentren en su retirada.
         Las ciudades han sido conquistadas y  defendidas por sus nuevos dueños. Los estandartes de la estrella de ocho puntas y la serpiente de 3 cabezas, hondean tanto en  el extenso Domo Argento del Burgoalmacen como en las Altas Torres de Alimentación Ummon. El señor de la Guerra autoproclamado "Heredero del Alfarius"  esclaviza y sacrifica a los pobres ciudadanos que no logran escapar de las acciones  de castigo de sus tropas, en la ciudad del relámpago y sus tierras próximas. Las tropas de la defensa   urbana se rinden y jura fidelidad, para salvar sus vidas y perder sus almas, engrosando las fuerzas de los Poderes Ruinosos.
         En el norte, tropas invasoras mantienen fuertes disputas por las tierras de los Bosques Fosilizados de Koan y las zonas adyacentes a las Macrofacturadores Asat Balaida. Los refugiados corren hacia el norte  en busca de refugio donde esconderse del mal que se extiende por  toda la Prefectura Ummon


 

Evento:
        
         Cálculos estadísticos erróneos. En un planeta regido por una tecnoburocracia tan eficiente, tan satisfactoria a ojos del Imperio y tan poco militarista, es difícil encontrar un héroe marcial o político digno de ser tomado como líder en la situación actual del continente. Pero las probabilidades solo están para ser rotas y desmentidas. De donde nunca hubo nadie pudo esperar encontrar.
         Las escasas tropas locales aun operativas,  se reúnen en algún lugar de la Prefectura. Nadie tiene claro si piensan formar un frente de defensa común aliándose con las tropas imperiales  o  presentaran sus armas ante las tropas invasoras del caos uniéndose a ellas como esclavos, aliados o meros sicarios,





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